Un suelo expuesto continuamente a los elementos debe ser muy resistente: no solo al agua, viento, frío y calor, sino a la carga pesada de máquinas y cables. Por ello, los suelos autonivelantes Herculan se sienten como pez en el agua a bordo de barcos y plataformas. Diseñados y fabricados para afrontar las situaciones más duras, estos suelos disfrutan de una sólida base en todo el mundo.